Ater sintió su corazón acelerarse mientras miraba el rostro calmado y suave de su Maestro.
Había pasado solo un breve momento desde que su Maestro cayó en su sueño, pero para el Familiar, se sintió como una eternidad. Había preparado esta habitación desde cero, utilizando solo los mejores materiales a su disposición para hacer que el ambiente fuera lo suficientemente digno para su Maestro.
Aún se sentía demasiado humilde para su gusto, pero Ater tenía que atender los otros encargos que su Maestro quería que manejara, así que esperaba que se le perdonaran sus insuficiencias.
Para la protección de su Maestro, se aseguró de erigir una barrera que era invisible a los ojos de la mayoría. En cuanto a la sustentación de su Maestro, partículas de energía—conteniendo nutrición que energizarían el cuerpo—llenaban el interior de la barrera.
Su Maestro nunca iba a pasar hambre o desnutrirse bajo su vigilancia.
En términos de higiene, Ater se aseguró de personalmente