Todos los Extranjeros de Otro Mundo se mostraban reacios a aceptar la solución de Lucielle, pero dados los acontecimientos, y pensando en el bien común, sin hablar de su deseo innato de autopreservación, no tuvieron más opción que aceptar.
Solo Adonis parecía el más dubitativo ante la idea, pero incluso él parecía que cedería.
—Creo que esta es la mejor opción en este mome— Lucielle estaba a punto de decir más, quizás las palabras finales para convencer al Héroe, pero fue interrumpida.
—Ustedes… —La voz baja de Alicia hizo que todos miraran lentamente hacia ella.
Lo que vieron hizo que sus ojos se abrieran de par en par y sus expresiones se transformaran en horror. Habían considerado un par de resultados posibles, pero no este.
—... Están ignorando la estrategia más obvia y efectiva… —Alicia sostenía un puñal, sus dos manos temblaban mientras lo colocaba peligrosamente cerca de su cuello. Respiraba muy agitadamente y la transpiración brillaba en su suave piel.