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—Ahh, eso... —El rostro de Noah se ensombreció un poco, y algo parecido a una triste sonrisa se sumó a su semblante nublado.
Su historia no era especialmente triste. Muchos Aventureros en la Ciudad tenían experiencias más trágicas que compartir.
Sin embargo, para Noah, un adolescente de dieciséis años que había estado viviendo una vida bastante mundana en la Tierra hasta hace tres meses, su historia era igual de pesada.
—Creo... Me di cuenta de que no tenía otra opción que volverse fuerte —su sonrisa se amplió al pronunciar esas palabras.
Muchos estarían de acuerdo con él, pero la mayoría probablemente iban a perder el punto. Nadie podía realmente entender las profundidades desde las que él pronunciaba esas palabras.
La gente deseaba volverse más fuerte por diversas razones.
Algunos querían riqueza.
—Ya tengo más que suficiente dinero para retirarme a algún campo y vivir el resto de mi vida sin preocuparme por el sustento.
Algunos anhelaban poder.
