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Se escuchaban pisadas a lo lejos mientras dos individuos recorrían el camino que muchos tomaban.
Y, por alguna razón, solo estos dos lo transitaban actualmente.
Vestían atuendos contrastantes, atrayendo fácilmente la atención de las personas alrededor de ellos. Unos pocos incluso los seguían de lejos, manteniendo su distancia, por supuesto.
Uno o dos de estas personas habían estado observando a estos dos extraños desde el momento en que entraron en la ciudad a través de la Puerta del Sur.
No era extraño que la Ciudad de los Aventureros tuviera huéspedes o visitantes, pero algo acerca de estos dos los hacía resaltar, y no eran solo sus atuendos bien hechos y prístinos.
Tenían un aura única sobre ellos, y cualquier veterano podía darse cuenta con solo mirarlos.
Fuera quien fuese, los dos eran fuertes.
Después de caminar un rato, finalmente llegaron a su destino, el único lugar que a los extraños en la Ciudad les podría interesar.
—El Gremio de Aventureros.
