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[Mientras tanto…]
—¡Maldita sea!
Una voz alta resonó desde los labios de una mujer particularmente hermosa, haciendo que pareciera terriblemente fea como resultado.
Mientras su largo cabello rubio se balanceaba, sus dientes blancos se mostraban en pura rabia. Los rechinaba muy fuertemente y las arrugas en su rostro la hacían parecer aún más espantosa.
—¿C-cómo pudo pasar todo esto? —siseó, gruñendo como un depredador hambriento que no deseaba nada más que devastación.
La furia, mezclada con ansiedad y un atisbo de miedo, surgía de su bonito cuerpo.
Esta dama era Scylla—la Jefe de la Unión de Esclavos, y también la Líder del Nuevo Orden.
Su abrigo de furia y vestido negro la habrían hecho parecer una de las damas más elegantes del mundo, pero la grosera forma en que hablaba actualmente, y las maldiciones que escupía debido a su insatisfacción, la hacían parecer más vulgar de lo que aparentaba.
