```
Un incómodo silencio flotaba en el aire.
La vista antinatural de un hombre grande y masivo inclinándose ante el hombre más pequeño en la oscuridad hacía que todo el escenario fuese aún más tenso.
Nadie podía permitirse hablar en esta densa atmósfera, y durante unos segundos, solo podían mirarse entre sí.
Entonces
—¿De qué sirve una reverencia? Espero que no pretendas convencerme con apelaciones emocionales baratas —mientras Rey decía esto, sintió que la gran constitución del hombre temblaba un poco.
—¡C-claro que no! —respondió Rebal Blanco, con una gran sonrisa en su rostro.
No se parecía en nada a Asher, pero parecía que ambos disfrutaban sonreír en situaciones como esta.
Rey tomó un sorbo del té que había sido colocado en la mesa desde su llegada.
El té nunca se enfriaba gracias a la Copa Encantada en la que fue vertido; como tal, Rey no necesitaba beberse todo de un sorbo.
En cambio, prefería tomarse su tiempo sistemáticamente.
Esta situación no era diferente.