~ ZEV ~
Una vez que vio a Sasha entregada con seguridad al borde del claro y bajo la guardia de Yhet, el corazón de Zev cantó.
Él estaba en casa.
Detrás de él los machos se estaban reuniendo, temblando de anticipación y nervios, llamándolo para que viniera—algunos desafiándolo, pero la mayoría ofreciendo saludos simples, el anhelo de reunirse. Se giró para enfrentarlos y sus ojos picaron.
Tantas caras conocidas... y tantas caras que faltaban. Ignorando el dolor, Zev se centró en la emoción de regresar a su verdadera familia, y echó hacia atrás su cabeza y aulló. Su manada lo llamó en respuesta—algunos de las otras Quimeras llamando sus saludos, también. Entonces se sumergió en la refriega.
Hacía tanto tiempo que no había estado libre con su gente—más de tres años—y por un momento, fue pura dicha simplemente revolcarse en su manada, oler y ser olido, frotar cuerpos y caras, tomar el aliento del otro.