—SASHA.
Era horrible verlo tan alterado. Lo acalló y le acarició la cara mientras él respiraba y apoyaba su frente contra la de ella. Zev luchaba consigo mismo, ella podía sentirlo en la tensión de sus brazos de acero y en la forma en que presionaba su cuerpo contra el de ella.
La besó en un momento y ella lo atrajo hacia sí con fuerza, con las manos en su cabello, dejándose tentar por sus labios y su lengua, haciendo todo lo posible para asegurarle que estaba allí, o para distraerlo si eso funcionaba.
La respiración de Zev se hizo más fuerte y la llevó hacia atrás contra uno de los árboles, apoyándose en el tronco, sosteniendo su barbilla y explorando su boca de formas que hacían que su respiración también se acelerara.
Todavía estaba temblando, pero ella podía sentir cómo la tensión se aliviaba lentamente mientras arañaba con sus dedos la parte trasera de su cuero cabelludo y luego amasaba su cuello.