—Zev, por favor... —suspiró ella en su boca, sus caderas balanceándose contra él, buscando, hasta que estuvo tan cerca de tomarla que ella contuvo la respiración.
—El beso era rápido y pesado, ambos temblando, jadearon, pero Zev estaba decidido a no apresurar esto otra vez. No después de la última vez—aunque ninguno de los dos se había quejado. Aun así… la necesitaba. Necesitaba estar seguro de ella, y ella de él. Estaban solos en la oscuridad y el agua, su piel erizándose con el deseo combinado y la sensación de su piel contra la de él, y el agua fluyendo entre ellos.
—El día por delante estaría lleno de responsabilidad y drama—sin mencionar a Nick.
—No, este no era un momento para apresurarse, sino para saborear. —Con un pequeño gemido, Zev retiró su cabeza para romper el beso y sonrió cuando los ojos de ella se abrieron alarmados.