—En algún momento entre el terremoto que Satanás había causado al hacer sonar su campana, un cierto ser había sido expulsado de su lugar —era el sombrío polluelo, Hallow, no sabía qué había ocurrido—. ¿Por qué, sosteniendo el dobladillo del bolsillo al que había estado aferrado con tanta fuerza, sus alas sin dedos causaron que fuera lanzado de cara al suelo?
Así, el cuerpo de Hallow rodó por el suelo.
—¡Ay! —refunfuñó el todopoderoso polluelo—. ¿¡Qué le pasa a este lugar?! Elly, deberíamos —¿dónde estoy?
Para cuando Hallow levantó la cabeza, se encontró perdido.
—¡¿Dónde está?! —Elisa había desaparecido en algún lugar y, al haber sido arrojada de su bolsillo, él estaba perdido sin saber dónde se encontraba ahora—. Se levantó del suelo alfombrado de rojo que se había vuelto marronáceo—. ¿Dónde estoy? —miró a su alrededor—. Oh, que me jodan —maldijo Hallow al mirar a su alrededor y no encontrar a Elisa cerca de él.