Después de lo ocurrido y descubrir que Esther era su tía, Elisa tuvo la opción de matar a Esther, pero no lo hizo y en su lugar liberó a Esther de su atadura, permitiéndole ahora disfrutar de su vida con ella.
—No lo entiendo —dijo Esther, su cuerpo acercándose a su lado izquierdo donde había una pared del carruaje para escapar de Belcebú, quien había sido persistente en reducir la distancia en su asiento—. Tuviste muchas oportunidades de matarme, ¿y no temes que ahora escape?
—Pero tú no puedes, y no lo harías —respondió Elisa. Ella sabía que había algo extraño con Esther, uno de ellos era cómo había venido voluntariamente al castillo sabiendo bien que podría morir. La mujer no mentía cuando decía que venía por ella y estaba ayudando a Gabriel, por lo tanto no escaparía hasta que terminara lo que quería.