El cuerpo de Lana se volvió rígido, no tenía idea de que Kace hablaría de eso en esta situación. Bueno, en realidad tampoco había un buen tema para esta condición.
—Creo que fui demasiado duro con mi reacción —admitió. Después de todo, Lana había estado allí durante el tiempo en que él no podía estar con Esperanza y la mantuvo a salvo.
Aunque su bestia no podía aceptar lo que Lana había hecho, su lado humano, el lado donde sus emociones y sentimientos hacían que todo se complicara más, se dio cuenta de que su reacción fue demasiado cruda.
—Puedo entenderlo —murmuró Lana—. En realidad no tengo la intención de hacerte saber sobre mi sentimiento por ti... es solo que... Perdió sus palabras, dudando en explicarse.
El viento frío soplaba y se aferraban aún más fuerte a su chaqueta alrededor de su cuerpo.
—... es solo que me dejé llevar demasiado —admitió Lana—. En realidad no quería que Kace escuchara esto y deseaba que el viento se llevara su confesión.
—Entiendo —Kace asintió.