—¿Estás loco? —chilló Calleb—. ¿Por qué debería darle las flores a su madre en lugar de a ella? —No podía relacionarse en absoluto con su línea de pensamiento.
—¡Claro que tienes que calmar a Sofía primero antes de hacer un movimiento con tu compañera! —Hope le dio un golpe en el brazo a Calleb, molesta.
Calleb lanzó una mirada fulminante a Hope, pero aun así la siguió cuando ella se alejó de él, mientras sostenía un manojo de flores en sus brazos.
—¿Por qué debería hacer un movimiento con mi compañera? Ella es mía desde el principio —replicó Calleb, pero eso solo le valió otro golpe de Hope—. Deja de pegarme —gruñó, pero Hope se puso las manos en la cadera y lo miró con arrogancia.
—¿Ya no quieres mi ayuda? —preguntó ella mientras las comisuras de sus labios se curvaban en una sonrisa triunfal, ya que sabía que ganaría esta innecesaria discusión.
