—Imposible —murmuró Rafael y Lana frunció el ceño a su lado. Luego su mirada se posó preocupada en Serefina y desvió la atención hacia la puerta, como si esperara que alguien llegara.
—¿Por qué están aquí… —murmuró Calleb. Olfateó el aire y estaba muy seguro de que eran ellos. —¿Los invitaste a venir aquí?
—¿Invitar a quién a venir? —preguntó Lila, pero por su reacción, más o menos podía adivinar de quiénes hablaban.
No pasó mucho tiempo antes de que algunos rostros familiares entraran en la posada, pero esta vez, el dueño se apresuró a saludarlos.
Entrando en la posada estaban Jedrek, Torak y Kace. No solo los tres Donovans, sino también el líder de los cazadores, Delta acompañado de los dos Alfas de la manada de Torak; Alfa Brian y Alfa Ralph.
Por otro lado, Serefina y Lila fueron sorprendidas por esta extraña coincidencia.
—¿Por qué están todos aquí? ¡Y de todos los lugares, por qué aquí! Esto no era bueno.