—Padre, ¿por qué simplemente no me prestas poderes para que también pueda luchar contra ellos y proteger a mi esposa? —Tristan hizo una sugerencia.
—... —FaMo.
—... —Zhen-Zhen.
Prestar poder a los humanos, FaMo nunca había hecho eso antes. Durante el millón de años de su existencia, había estado sirviendo al dios demonio.
Pero había intentado fusionar su cuerpo con el de Tristán solo para protegerlo, pero no necesariamente dándole el poder. Ese método era otra historia.
Aunque no era completamente imposible, tampoco podían garantizar el éxito. Si algo saliera mal, entonces el cuerpo humano de Tristán podría resultar gravemente herido o dañado por sus poderes. Era bastante arriesgado y peligroso.
FaMo y Zhen-Zhen le dieron la misma respuesta:
—¡NO!.
—... —Tristán.