—Tristán despertó solo para ver a Zhen-Zhen en sus brazos. Una sonrisa gentil apareció en su rostro mientras los recuerdos de la noche anterior seguían pasando por su mente. Esa fue la noche más increíble y memorable que había pasado en ese país.
No estaba soñando. Su esposa estaba a su lado en estos momentos. Podía sentir su calor... podía oler su dulce aroma... podía tocarla... podía besarla.
Tristán había perdido la cuenta de cuántas veces había hecho el amor con ella la noche anterior. Perdió el control. Aprovechó la oportunidad para mostrarle cuánto la extrañaba a través de su momento apasionado. Solo pararon cuando ambos estaban cansados y somnolientos.
Tristán observó su figura durmiendo en sus brazos. Lo abrazaba fuertemente. Sus cuerpos desnudos estaban cubiertos por la manta. Acarició sus mejillas y trazó sus labios con sus dedos.