Antes de que Tristán perdiera la conciencia, pudo confesar sus sentimientos por Zhen-Zhen.
—Zhen-Zhen, te he fallado. En lugar de hacerte feliz, te estoy entristeciendo. Pero por favor esposa... no te vayas... no me dejes... No puedo imaginar mi vida sin ti... —Dijo estas palabras porque temía que una vez que despertara, Zhen-Zhen ya no estaría a su lado. ¿Y si ella lo dejara mientras él está inconsciente?
No podría detenerla si eso sucediera. No quería que eso pasara. Y finalmente, dijo las tres palabras mágicas.
—Zhen-Zhen... yo... te amo... —Pensaba, ¿y si hoy muriera? Aún tenía muchas cosas que quería decirle a Zhen-Zhen. Pero entre esas cosas, estas tres palabras mágicas eran las más significativas e importantes que podrían resumir todo lo que quería decirle.
No sabía cómo ni cuándo empezó. Solo se dio cuenta de que Zhen-Zhen se había convertido en una parte importante de su vida. Sin ella, no podía imaginar cómo sería su vida.