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—Regan, ¿qué ocurrió? —preguntó suavemente.
Regan levantó la cabeza y miró a Rex. Inhaló bruscamente mientras se limpiaba el rostro enmascarado antes de tomar una respiración profunda y preguntar:
—¿Cómo puede ser posible, Rex? Yo… Mi espada entró en su cuerpo, la sangre salió pero no murió. Había sangre pero no murió.
De hecho, Arturo tenía una sonrisa misteriosa en los labios mientras Regan se veía impactado.
¡Cómo podría una persona con una espada en su estómago sonreír así! ¿Cómo podría seguir sentado en el caballo y ni siquiera hacer una mueca de dolor!
Regan había visto tal escena por primera vez en su vida.
Recordó que Arturo parecía dolorido cuando le ganó en el bosque. Tenía dificultad para respirar cuando lo asfixió... ¿o todo eso era solo una pretensión?
—No entiendo nada. —Susurró Regan mientras pasaba su mano por su cabello.
Incluso Rex estaba sorprendido después de escuchar todo.
