Regan avanzaba a largos pasos hacia su esposa, que cubría su espalda con su vestido y no se atrevía a mirarle a los ojos.
Evelyn cerró los ojos preguntándose cómo no había pensado en ello.
Elias solía informarle antes de que alguien entrase en sus cámaras al llamar a las puertas. Sin embargo, Regan era su esposo y el príncipe. Podía entrar y salir de estas cámaras cuando quisiese.
Elias no anunciaría su llegada.
Debería haber cerrado las puertas con llave antes de hacer tal cosa.
Hannah, Miri y Amy tragaron saliva por el miedo al ver al príncipe furioso e inmediatamente se marcharon. Regan miró sus espaldas con el ceño fruncido antes de mirar a Evelyn con la misma expresión mientras preguntaba de nuevo
—Evelyn, ¿qué estaba pasando aquí?
—Eso... Su Alteza... Yo...
Evelyn enmudeció sin explicar sus acciones.
Regan suspiró. Agarró su brazo y la hizo sentar en la cama.