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En este momento, Evelyn estaba siendo alimentada por el mismo Arturo.
Aunque no le gustaba, forzó una sonrisa en sus labios y comió en silencio.
—Te he estado esperando tanto tiempo, Evelyn —Arturo dijo de repente. Continuó alimentando a Evelyn mientras hablaba.
—Ese día... cuando no te encontré en ningún lado, estaba tan asustado. Pensé que podrías haber huido porque tenías miedo de mí. Después de todo, maté a mi hermano delante de tus ojos. Pero era necesario para ambos, Evelyn. Mi hermano no te merecía —Evelyn agarró su puño con su otra mano firmemente para controlar su cuerpo y evitar temblar. La explicación de Arturo en su defensa le hizo dudar de su cordura.
Pero sabía muy poco.
—Fue solo cuando aquella mujer me dijo que te había vendido a un traficante de esclavos... supe lo que te había hecho. Estaba tan furioso, Evelyn. Y sabes... incluso su esposo la apoyó en lo que hizo... solo quería... —La ira en los ojos de Arturo hizo que Evelyn se tragara la saliva.