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El Ejército Real partió hacia la frontera.
Muchas personas de la ciudad siguieron a los soldados hasta la frontera.
Evelyn observó desde la ventana escenográfica de la habitación. Sus ojos fácilmente encontraron el caballo sobre el cual estaba sentado Regan. En el cielo, vio a Lavo volando justo encima del caballo del príncipe.
La gigantesca criatura estaba siguiendo al príncipe.
Como si sintiera su mirada, incluso se giró para mirar hacia la ventana. Evelyn levantó la cabeza inmediatamente, saludándolo con un ligero movimiento de mano.
Cuando Lavo gruñó de repente, sabía que era su respuesta a su saludo.
Sonrió levemente, pero fue una sonrisa triste. Sus ojos volvieron a la multitud, pero esta vez, se quedó inmóvil al ver a una persona mirándola.
No era otro que Arturo, montado en su caballo y mirándola. Evelyn no miró a Arturo más de un segundo.
