Arturo miraba en silencio su rostro mientras ella lloraba por Oliver. Ella no lo sabía, pero solo aumentaba su enojo hacia Oliver.
Aunque no le gustaba verla llorar, le gustaba menos cuando lloraba por otros, especialmente por ese inútil.
De repente, sujetó su barbilla y sonrió fríamente mientras preguntaba
—¿Quieres que yo le ayude? —Evelyn asintió con la cabeza inmediatamente después de escuchar su pregunta.
Arturo siguió sonriendo, pero no había nada reconfortante en su sonrisa. Mirando a Evelyn con ojos llenos de obsesión, dijo
—Entonces quédate aquí obediente. Iré y lo ayudaré. —Evelyn no le creyó en absoluto. Su sonrisa no le dio la confianza que sus palabras debían transmitir.
Por eso trató de detenerlo cuando él intentaba cerrar la puerta. Sin embargo, nuevamente Arturo la empujó sin esfuerzo al interior de la habitación.
Evelyn lloraba mientras golpeaba la puerta ruidosamente.