—Interesante. ¿Vas a matarme por una humana? —Morfeo consiguió hablar, intentando mantener la compostura a pesar del dolor que se extendía desde su cuello—. Puede que seas más fuerte, pero no me rendiré sin luchar. Si me resistiera, ese niño podría terminar teniendo que reconstruir no solo tu cámara, sino todo tu palacio.
Morfeo no contraatacó, no porque no pudiera, sino porque sintió que era suficiente.
—Suficiente… por ahora…
Al ver la ira en esos ojos rojos, Morfeo sintió una pequeña satisfacción. La próxima vez, no serían meras palabras. Lo que el cambiaformas tenía en mente no era solo un castigo físico, sino uno que apuñalaría directamente en el frío corazón de Draven.
Pronto, Draven probaría el sufrimiento que Morfeo había padecido tras perder a sus seres queridos.
—Aléjate de ella —advirtió Draven.
Pero Morfeo solo encontró su reacción cada vez más y más divertida. —Después de verte así, ¿cómo podría?