—No entres en pánico. No es tu culpa —dijo, observando su expresión culpable—. Estas son frutas que no pueden sobrevivir lejos de su árbol. Si las arrancas, desaparecen en la nada, pero mientras permanezcan en ese árbol, estas frutas pueden sobrevivir durante años y años. No mueren, simplemente la fruta no puede vivir sin el árbol.
Ember se calmó al darse cuenta de que no era su culpa.
—¿Sabes cómo llamamos a este árbol antiguo?
Ember negó con la cabeza.
—Lo llamamos 'Faro', que significa 'faro'. Es un árbol mágico que brillará eternamente mientras tenga estas frutas como linternas. Es un faro que guía a la gente del bosque en la noche. Para aquellos que viven en el bosque, especialmente los que están debajo del acantilado, mientras vean este árbol antiguo, sabrán exactamente dónde están.
Ember asentía, agradecida no solo porque había aprendido el nombre de este árbol antiguo sino también porque era agradable escuchar la profunda y varonil voz del hombre alado.