Cuando entraron, encontraron a la vieja bruja sentada en la silla mientras Morfeo guiaba a Aureus para que se sentara en el sofá.
—¿Por qué tu hogar huele a dragón? —preguntó Morfeo mientras Aureus también se preguntaba acerca de este aroma familiar, ya que sabía a quién pertenecía.
—Ahora olerá a águilas —frunció el ceño la vieja mujer y luego miró a Aureus—. ¿Estás con este molesto águila para aprender cosas malas de él? Deberías seguir a la buena gente ya que eres joven y tienes mucho que aprender.
—He estado con buena gente por mucho tiempo así que pensé que sería bueno experimentar la mala compañía —Aureus respondió con una ligera sonrisa.
La vieja bruja se rió entre dientes —Educado pero dulcemente ingenioso como tu madre.
Aureus se sentía contento cada vez que todos lo comparaban con su madre y esta vez no fue la excepción. De esta manera podría saber más sobre su madre de lo que ya sabía.