Tocarlo... ¿?
Aunque sus palabras eran vagas, ella entendió lo que él quería decir precisamente porque ella también lo deseaba. Extender la mano y rodear con sus dedos esa longitud, sentir esas venas saltadas tan prominentes en su firmeza...
Estaba hechizada, y antes de darse cuenta, su pequeña mano se había desplazado hacia abajo, rozando esa palpitante pieza de carne erecta con sus fríos dedos temblorosos, antes de envolverla firmemente con su mano.
Draven siseó con la mandíbula apretada en el momento en que ella lo tocó, mientras que Ember se encontraba sin aliento, asombrada.