—El clan Águila Divina saluda al Rey, el único Águila Dorada Aureus —saludó el jefe del clan, el Jefe Agraleus.
Las voces de tantos miembros del clan resonaban por todas partes mientras repetían tras el jefe del clan. Aureus miró a su alrededor y hasta donde su aguda mirada alcanzaba, encontró numerosas águilas cambiaformas en sus formas humanas inclinándose ante él desde todos los rincones de aquel lugar, desde el suelo hasta la cima de los árboles. Nunca había visto a una sola persona de su especie durante décadas después de que su madre falleciera y ahora había un mar de los suyos.
Tal como su madre había dicho, estaban divididos en cuatro colores diferentes basados en la pureza de su sangre y ahora, aparte de su propio ser dorado, podía verlos a todos en los tres colores restantes.
Aureus se sintió incómodo al recibir tanta atención al mismo tiempo y cómo tantos cambiaformas poderosos se inclinaban ante él.