Antes de que el joven águila dejara Megaris, el Rey Drayce Ivanov había hecho un boceto aproximado de la mujer de ojos verdes pidiéndole a su esposa Seren que describiera las facciones de la mujer en sus sueños. Se lo dio a Aureus con la fuerte intuición de que sería útil. Como estaba visitando el Reino de Agartha, entonces era mejor estar preparado.
—¿La Reina de Megaris tiene visiones sobre mi compañera? —preguntó Draven, ya que era lo que podía concluir de la existencia del retrato.
—Su Majestad las tiene y no es algo que a ella y al Rey les alegre. Esas visiones le causan dolor ya que toman la forma de pesadillas. —respondió Aureus.
—Lo mismo se puede decir por nuestro lado también —dijo Draven, su tono digno mostrando indicios de reprimenda, aunque recuperó su compostura—. Estoy más ansioso por encontrar la razón que pensar en el dolor que causa.
—Si el Rey de Agartha tiene información para compartir, solicito que ambos lados intercambiemos inteligencia sobre este asunto.