—Dejó caer otra bomba sobre su avergonzado yo y sintió que la estaban abrumando con su franqueza —echó un vistazo a su hermoso rostro para ver si no sentía nada al decir algo tan embarazoso pero...
Draven era tan calmado y compuesto como siempre, como si no hubiera dicho nada malo y continuó mirándola.
—¿Son así todos los hombres bestia? ¿No tienen vergüenza? ¿O sus hembras son así también?
—Puedes dármelo —la oyó decir mientras su mirada se dirigía hacia ese pequeño contenedor de cerámica.
—Inmediatamente dio un paso hacia su lado para cubrir la mesita de noche de su línea de visión con su cuerpo —ah, no hay necesidad. Me ocuparé de ello. Por favor, no te molestes.
—¿Estás segura?
—Hmm —asintió y cantó en su mente—. 'Por favor, que no hable más de ello... por favor…'
—Si estás bien, tengo otro asunto del que hablar —dijo él.
—Suspiró aliviada cuando cambió de tema —¿cuál es?