La intuición de Isa le decía que se callara, o si no...
Y su propia reacción sorprendió a Isa.
En sus más de cien años de vida, era la primera vez que Draven le hablaba así. Antes, lo que ella dijera, él siempre la escuchaba sin dar ninguna respuesta. La reprendía como un verdadero guardián, pero solo después de dejarla desahogarse por completo. Eso la hacía sentir que Draven era alguien que siempre estaba a su lado, y como él siempre le mostraba su favor, nunca rechazándola sin importar cuán ocupado estuviera, ella pensó que era alguien realmente importante para él. Que quizás, era especial para él.
Nunca se dio cuenta de que para Draven, ella no era más que uno de sus deberes. Todo lo que tenía en mente era la responsabilidad hacia los que lo rodeaban y las promesas que había hecho y que necesitaba cumplir.
Culpa y arrepentimiento.
Él necesitaba proteger y cuidar de aquellos que habían sufrido por sus errores en el pasado.
Era el precio que eligió pagar.