—Más... quiero más... —Ese simple roce de su mano sobre su mejilla fue suficiente para encender su delicada piel. Ella ardía porque él la tocara más... que la abrazara más... por más...
—Mirándola fijamente a los ojos, Draven se acercó para rozar sus labios con los de ella. Luego, capturó suavemente sus labios ya entreabiertos que dejaron escapar un pequeño gasp de sorpresa que se convirtió en un gemido de aprecio. Su mano desnuda se movió hacia la nuca desde su mejilla, atrayendo su cabeza para poder besarla mejor mientras su otra mano la presionaba contra su cuerpo.
—Antes de que Ember pudiera comprender la situación, su cuerpo reaccionó al tacto de él, aferrándose a su camiseta blanca mientras sus manos se movían para explorar más allá de su chaqué negro, apartando el abrigo como si sus manos tuvieran voluntad propia.