—Por favor sígueme. Te explicaré mientras caminamos —dijo Yula y la condujo de regreso hacia su aposento. Entonces, el elfo gestó hacia una de las puertas laterales adjuntas a su cámara, un lugar donde Ember aún no había estado.
La noche anterior, había visto las cámaras laterales. Una era donde tenía que cambiar su ropa, mientras que la segunda puerta conducía al baño. Se preguntaba qué habría detrás de la tercera puerta.
En el momento en que ingresó por esa otra puerta, sus ojos se abrieron de par en par al ver una gran piscina llena de agua humeante, con varios pétalos de flores flotando en su superficie. Había una cantidad de mesitas de madera dispuestas en un lado de la piscina y varios frascos y otros artículos estaban colocados en ellas, muchos de ellos siendo cosas de las que Ember no tenía idea para qué servían.
—¿Tanta agua dentro de la cámara? ¿Usaron un balde para subir toda esta agua y llenar esta piscina? —se preguntó asombrada.