—Luciano vio cómo su tía se alejaba con Hazel, lanzándole una última mirada como si quisiera matarlo, y suspiró. Sus manos tocaron sus labios donde aún quedaba el calor de ella —Él... ¡él realmente la había besado! No, fue ella quien lo besó a él. ¿Podría ser que a ella también le gustaba él?
Se sentía tan aturdido como si su mente hubiera dejado de funcionar. No podía esperar a que ella confirmara sus pensamientos. Así que, corrió tras ella.
—Camino hacia el pasillo y miró alrededor. Los niños seguían jugando y la criada que habían traído estaba sentada en un rincón —Se puso de pie cuando lo vio llegar, pero él la ignoró.
—Corrió hacia las escaleras como un joven lleno de amor que no tenía control sobre sus pensamientos. Se encontró con Glinda, la bruja a quien había salvado la última vez en las escaleras.