Marte plantó un profundo beso en los labios de su esposa. Aún tenían un sabor dulce y suave como la última vez que lo recordaba. Ohh... cuánto extrañaba su aroma... su piel suave, su sabor en sus labios. Quería besarla, abrazarla y hacerle el amor.
—Te amo tanto... —soltó sus labios solo para declarar su amor. Luego, la besó otra vez.
Emmelyn cerró los ojos mientras Marte le agarraba la cintura y la apretaba suavemente. Su beso era embriagador y pronto ella se quedó sin aliento.
Marte se dio cuenta de inmediato de que Emmelyn debía estar sintiéndose muy débil cuando la escuchó jadear. Había estado durmiendo durante mucho tiempo. Luchando contra el impulso de besarla más y devorarla en ese momento, Marte se echó atrás y miró a Emmelyn con una mirada llena de anhelo.