—¡Li Xue!
La tez de Wen Sying se tornó pálida al instante cuando vio a Li Xue parada despreocupadamente en la puerta. Sus ojos la miraban fijamente, sin transmitir sensación de peligro, pero sus labios curvados y su postura decían lo contrario.
Al verla de esa manera, sintió de inmediato un nudo formarse en su garganta. Tragando el bulto, estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera, Li Xue dijo.
—¿Ms Wen me esperaba aquí así?
—Yo... Yo estaba... Li Xue, ¿qué haces aquí? ¿También has venido a mirar tiendas? Por favor, acompáñame con Tía Liu entonces. Ella definitivamente estaría feliz de verte aquí —dijo Wen Sying con cierta prisa en su voz, lo cual solo provocó una risita en los labios de Li Xue.