Desde la dirección de Feng Shufen, Li Xue pronto entró en la empresa sin ser notada por ningún reportero.
Al entrar en la empresa, no esperó sino que se dirigió directamente a la habitación de Lin Xinyi. —¡Buenos días, Hermana Xinyi! Espero no llegar tarde —la saludó después de abrir la puerta.
Lin Xinyi caminaba de un lado a otro en la habitación. Aunque no era evidente en la superficie, Li Xue aún podía verla un poco tensa al observarla mejor.
—Ah, Li Xue, estás aquí. Entra, no llegas tarde. Todavía tenemos tiempo —dijo Lin Xinyi, haciendo un gesto para que se acercara y tomara asiento.
Li Xue asintió, siguiendo su gesto. —¡Oh, gracias a Dios! Casi pensé que llegaría tarde —dijo, avanzando para sentarse y, al verla, la mujer también hizo lo mismo.
