Wen Sying siempre ha sabido que Zhen Wenting era un hombre cuya mente y pensamientos podían ser moldeados. Solo tiene que derramar lágrimas lastimeras y dejarle saber cuánto aprecia su presencia en su vida y el resto de las cosas vendrán fáciles.
No era solo con Wenting. Cualquier hombre que ama ver a las mujeres débiles, frágiles y bajo su protección y misericordia será igual. Ellos se debilitarán frente a su lado compasivo y patético. Sienten que el ego de sus hombres se incrementa al pensar que su presencia fue tan capaz de llevar a una mujer a un estado tan compasivo.
Apoyar a una mujer en sus momentos de debilidad se convierte en un logro para ellos. Y Wen Sying lo sabía muy bien porque siempre ha conocido que Wenting siempre ha sido así. Solo tiene que avivar su ego, presentándose a sí misma como nada sin él y él mismo se vendrá abajo.