Mientras se dirigía hacia la mesa, de repente los pasos de Wen Sying se detuvieron cuando algo extraño impactó sus sentidos por detrás. Pero cuando se giró para confirmarlo, no encontró nada fuera de lugar.
La gente estaba disfrutando de su tiempo. Algunos bebían en la barra, otros bailaban en la pista mientras que los demás disfrutaban en sus mesas. Nada parecía sospechoso al frente, pero una sensación visceral interna suya le advertía sobre el entorno.
—Sying, ¿hay algo mal? —preguntó Da – Xia al ver que ella se detenía en su camino.
—¿Estás segura de que este lugar es seguro? Si al día siguiente, salgo en los titulares por algo malo, te juro que tú vas a estar... —antes de que pudiera completar su advertencia, la gerente interrumpió con un tono urgente.
—Te juro que he revisado todo minuciosamente. Este lugar es completamente seguro. No te preocupes, no es la primera vez que lo hago por ti. Ya he ganado mi experiencia en este campo.