El Dr. Collin dejó caer la mandíbula al suelo cuando escuchó la repentina revelación. Su corazón casi detuvo su latido habitual. Ese cambio repentino en su sistema no fue porque sufriera una desilusión amorosa.
No, su corazón estaba lejos de ese tipo de sentimiento o más bien decir que ya no le quedaba fuerza en él para pensar algo así. Sus ojos lanzaron una mirada fulminante hacia su paciente que había tomado con éxito su venganza sobre él. Pero, ¿era esto solo una venganza?
No, esto nunca podría ser un acto de venganza simple, ya que no solo le ha enseñado una lección de su vida sino que la ha llevado a la condición en la cual él no estaría vivo para aprender más lecciones de su vida.
—¿Querías matarme por tratar tu pierna fracturada? ¡Qué perverso! —transmitió su maldición interna hacia ella a través de sus ojos y Feng Yi Lan simplemente encogió los hombros para hacerle saber que no era su culpa.