Cuando Diablo ya estaba castigando a un maleante por su ofensa, el otro malhechor presente estaba lejos de darse cuenta.
Los ojos del Dr. Collin estaban fijos únicamente en la mujer que tan bellamente se mantenía concentrada en su llamada. Aunque permanecer concentrado en la llamada cuando se atiende, es algo común que hace todo el mundo, pero con ella haciéndolo parecía tan hermoso y encantador a su manera.
—¡Hey, Yi Lan! Salgamos una vez de la relación de doctor y paciente y recuérdame como un senior que siempre ha cuidado de ti en los Estados. Recuerda lo bien que he sido contigo en aquellos días. ¿No crees que deberías también recompensarme por ese amor y cuidado que te he brindado? —dijo, rogándole con sus ojos.
Pero esas súplicas solo hicieron que Yi Lan frunciera los labios. ¿Realmente dijo que se había ocupado de ella en aquellos días? Sólo archivos volando en el aire podrían creer eso. ¡Hmph!
