Li Xue ya estaba en camino de terminar su trabajo ya que era hora de ir a recoger a su hija. Cogiendo el teléfono, estaba a punto de llamar a Shufen para preguntarle si iba a venir o no, ya que hablando con Yi Lan ya había sabido que tenía que volver a casa para encontrarse con su padre.
Pero antes de que pudiera siquiera marcar su número, él la llamó. Dejando que sus labios se curvaran hacia arriba, aceptó la llamada instantáneamente. —¡Hola! —saludó.
—Hmm... —Él dio una suave afirmación desde el otro lado y luego preguntó—. Tu jornada laboral ya casi termina. ¿Has terminado tus cosas?
—Sí, ya casi termino. Solo esperando por unas pocas cosas más. ¿Ya llegaste? —preguntó ella. Su voz no sonaba menos que la de una adolescente que recién había empezado una relación y estaba emocionada por encontrarse con su novio.