Li Xue ya estaba dentro del auto. Su sonrisa simplemente no abandonaba sus labios. Nunca había pensado que el hombre que había sido tan frío y distante con este mundo sería tan cálido con ella. Todo se sentía tan irreal. Anteriormente, cuando lo estaba esperando en el estacionamiento, no tenía idea de qué le había pasado de repente.
Pero su confusión se aclaró cuando escuchó la explicación de su latido del corazón cuando la abrazó cerca de él. —Solo quería confirmar que todo lo que ocurrió entre nosotros hace momentos no era alguno de mis sueños ilusorios sino una verdad en la que puedo confiar —él había dicho y Li Xue fue capaz de sentir sus verdaderas emociones de ansiedad, desesperación y amor en sus palabras.