Li Xue estaba pasando un momento difícil. Con el placer que estaba recibiendo... sentía que podría ser su fin. Cuanto más le rozaban sus respiraciones, más se estremecía. Cuanto más la tocaba, más sentía que se derretía bajo su toque.
Tomando la tortura placentera, aunque insoportable, se retorcía bajo sus caricias sensuales. Quería apartarlo de un empujón, pero su cuerpo se sentía demasiado débil para hacer algo así. Su pecho ya subía y bajaba ligeramente por el patrón errático de sus respiraciones. Sus dedos ya lo aferraban con fuerza como si su querida vida dependiera solo de él.
Un momento más de esta tortura y sintió que se perdería en un abismo oscuro del que no tendría retorno. Temiendo alcanzar esas consecuencias, finalmente tomó su decisión. Una decisión que siempre había sido tentadora para ella. La tentaba hacia la felicidad que todo corazón de mujer desea.