Pronto Li Xue estaba lista para irse a Internacionales Feng con el archivo del informe. El auto ya estaba afuera, esperando ansiosamente llevar al inocente Kalon a la guarida del Diablo. Ya que había decidido, no pensó más en ello. Sería mejor poner sus esperanzas en la posibilidad de no encontrarse con el Señor Belcebú en su camino.
Mientras pasaba por el corredor, estaba a punto de alcanzar el auto cuando de repente una voz la detuvo en seco. —¡No te emociones demasiado con esta oportunidad, Chef Li! Esta chance solo ha caído en tu regazo porque estoy en tal condición, de lo contrario, no habría manera de que te hubieran dado semejante oportunidad.
Al escuchar esas palabras, Li Xue se giró para enfrentar a la mujer que pensó que ella era la desesperada por esta oportunidad. —Ahh, ¡Chef Ning! ¿Cómo estás ahora? Escuché que te has hecho un esguince terrible en el tobillo. ¿Cómo está ahora? —preguntó, ignorando todas las palabras que había escuchado antes.