El aroma de los sabores ya flotaba en el aire. Vestido con un suéter azul verdoso de cuello redondo y manga larga, Feng Shufen ya estaba en plena forma en la cocina. Un delantal negro atado alrededor de su cuello lo hacía parecer mucho más guapo que en cualquier día común. Es una verdad universalmente aceptada, «¡Las mujeres encuentran a los hombres más encantadores en la cocina!».
—Ángel Papá, ya saqué el brócoli y las zanahorias del refrigerador. ¿Traigo algo más? —La niña venía caminando con sus piernecitas cortas, sosteniendo una pequeña canasta de verduras en sus manitas. Su pequeño rostro estaba todo cubierto por la canasta de yute finamente estampada en sus manos.
Después de refrescarse con un baño de agua caliente, Li Wei ha venido a acompañar a su Ángel Papá hasta la cocina, mientras Li Xue se tomaba su tiempo en el baño.