En el Primer Hospital de Gente de Chiboa,
El trío tomó el ascensor para llegar al piso 24 del edificio del hospital. Los ojos de la niñita estaban llenos de preocupación, fijos en la cara de su madrecita como si intentase encontrar algo importante en ella. Su cabecita se tensaba al mirar hacia arriba a su madre, pero no le daba importancia a eso.
Al verla tan angustiada por la salud de su mamá, Feng Shufen quiso levantar a la niña en sus brazos. Pero la pequeña negó cortésmente su ayuda, sin dejar que sus ojos se distrajeran del rostro de su Mamá ni por un segundo.
—Mamá, ¿de verdad estás bien ahora? ¿Todavía duele? ¿Te duele mucho? —la pequeñita preguntó por duodécima vez desde que se enteró de que su madre había caído enferma en la cama la noche anterior.