Li Xue se sentía completamente fresca después de haber tenido una noche de sueño tranquila y apacible. Todo el estrés y los recuerdos del día anterior parecían haber desaparecido de su mente como si nunca hubieran sucedido.
Como cualquier día normal, se giró hacia un lado esperando ver la dulce imagen matutina de su princesa, pero un fuerte sonido de clangor proveniente de la cocina, la interrumpió. Sus ojos se abrieron horrorizados mientras se volvía para mirar fuera de su habitación. —¿Me estoy perdiendo de algo? ¿Hay alguien en casa?—Intentó recordar con todas sus fuerzas pero, por más que lo intentaba, todo llegaba borroso a sus recuerdos. Asomó la cabeza un poco hacia los lados, permaneciendo sentada en su posición para mirar afuera, pero aún así nadie entró en su campo de visión. Todo había vuelto a quedar en silencio como si no hubiera escuchado ningún sonido momentos antes.