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—No es que haya un desastre natural y tengamos que cancelar —dijo Iris—. Esto es solo un contratiempo menor. No hay heridos graves, aparte de tres chicas inconscientes que, sin duda alguna, fueron las causantes de este alboroto. No hay cadáveres. Solo venda a los heridos y lleve a esas tres chicas lejos. —Aplaudió y les lanzó una mirada firme a todos—. Vamos a movernos.
Los músicos de la banda no se movieron.
Iris entrecerró los ojos. —¿No quieren? Está bien, todos pueden irse. Me presentaré yo sola.
—¡Maldición! Practiqué tanto para esto. ¡Me voy a presentar! —dijo el baterista en voz alta, masajeándose la entrepierna—. No es como si esa perra me hubiera castrado. Estaré bien. Solo fue un soporte de micrófono, no una jodida excavadora.
—Cierto. Nunca había ensayado tanto como para esto. Yo también me presentaré —dijo el cantante de apoyo masculino—. Pero, ¿alguien puede traerme hielo? Mis bolas todavía duelen. ¡Joder!
