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—Padrino... Yo…
Ainsley inmediatamente miró al Padrino y encontró que el tipo no la estaba mirando en absoluto. Cruzó los brazos frente a su pecho, y había esta atmósfera sombría a su alrededor.
—[Entonces... no confías en este señor.] La voz del Padrino en la mente de Ainsley era fría como el hielo, lo suficientemente fría para congelar el Sahara.
Ainsley no pudo evitar estremecerse.
—[N-no... Yo... Ain confía en ti, pero... Ain…]
—[Si confías en este señor, ¿por qué no dejas que este señor se encuentre con el maestro del gremio de alquimistas? ¿Acaso este señor no es lo suficientemente importante para representarte?]
Cuando el Padrino dijo eso, Ainsley sintió un escalofrío en la espalda. Inmediatamente negó con la cabeza.
—[N-no, no, ¡eres importante! ¡Mucho!]
—[Entonces, deja que este señor te represente en la reunión.]
