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El abuelo Yofan puso sus manos detrás de su espalda mientras escaneaba a los 15 contables en la habitación. Su rostro estaba serio mientras lentamente abría la boca.
—Jefe de familia, por favor. La decisión final está en tu mano.
Los contables miraron al abuelo Yofan con ojos vacíos. Sus mandíbulas se cayeron al suelo gracias a los disparates del anciano.
—¿Qué... qué? ¿La decisión final está en la mano de ese mocoso? ¿No es eso extraño?
—Espera, eso no tiene sentido. ¿Cómo podríamos... —El contable jefe estaba a punto de protestar cuando el abuelo Yofan le lanzó una mirada asesina.
—Silencio. ¿Acabas de cuestionar mi decisión? Además, el jefe de familia está plenamente autorizado para dar la última palabra. ¿O todos quieren ir en contra de la decisión del jefe de familia? —El abuelo Yofan levantó la barbilla y envió una enorme aura hacia los contables. Su poder no era solo la teleportación. También tenía otra habilidad formidable.
Control de la gravedad.
